jueves, 7 de julio de 2011

Hay gente que tiene suerte y gente que vive en edificios...

De un tiempo a esta parte nos han llegado un montonnnnnnnnaaasooo de e-mails  a nuestra casilla de correos pidiéndonos que hablemos de aquellas cosas que nos hinchan muchísimo las bolas a todos, y creo muy oportuno que hoy hablemos de la vida en los edificios, esos lugares denominados por los entendidos en la materia, propiedad horizontal, esos que hoy ocupan casi el 54,333300221 % de los terrenos de las ciudades, esos en donde un montón de personas que jamás se han visto las caras, comparten el mismo espacio separados por paredes, que en la mayoría de los casos son de yeso barato y podemos escuchar la vida completa del señor que habita al otro lado, que incluso podría ser un asesino serial y nosotros lo mas campantes sin saberlo, inocentes palomitas que pensamos que una simple pared nos protege del mal... y es ahí cuando empezas a imaginar cosas tremendas, miras bien la pared, te das cuenta lo fina que es, pensas en la cantidad de armas que tiene el sujeto que habita del otro lado, que la puede romper con cualquier cosa, que seguro tiene una amoladora en su casa, porque bueno eso es muy común en todos los hogares del mundo, quién no tiene una?, que él te odia, por todas las veces que le pusiste la música al re palaso, por esas noches de sexo que hicieron sonar tu cama, con ese molesto ruidito ññññ ññññ ññññ, y que lo despertó varias madrugadas, por colgarle tus calzones justo donde el señor abre su ventana todas las mañanas, que te odia por la cantidad de veces que hiciste ruido intentando meter la llave en la puerta un sábado a las 7 de la mañana re contra borracho, o los gritos que pegas, vos y los idiotas de tus amigos jugando a la play cada vez que se juntan, o las veces que le tocaste la guitarra casi pegado a su oreja con un amplificador Marshall JCM 900 dual Reverb Preamp al taco, interpretando alguna canción de un heavy re pesado al mejor estilo Deep Purple, y mil cosas mas que se te cruzan por la cabeza cada vez que miras esas paredes ínfimas que te separan de ese sujeto lleno de odio, que solo piensa en cruzarte por alguno de los pasillos, escaleras o ascensor para cortarte las bolas y metértelas por el culo.. vaaaaa digo yo, capaz que solo te cruza y te escupe la cara seguido por un: "Pendejo hijo de mil putas te voy a cortar los dedos con una amoladora (esa que ya te imaginaste al principio) y se los voy a tirar a los perros, si volves a tocar la guitarra otra vez, tá claro?" y en definitiva no te hace nada verdaderamente grave, solo te pegas un cagaso bárbaro, porque el tipo mide un 1,98 sin zapatos, y pesa casi 150 kg, a mi, me daría un poco de miedo hacerme la viva con un tipo así y que para colmo creo que es un asesino serial, ojo, a mi! vos que seguro sos un estúpido rebelde sin causa capaz que si...
Otro tema es el de las comidas, almuerzo y cena, todos los olores del edificio al momento de cocinar entran impunes y como pancho por su casa por debajo de la puerta y/o las ventanas, y uno que hasta ese momento no tenia hambre, es mas, hasta llegas a desconocer la palabra "hambre" de tantos días sin comer por vago de mierda que no se quiere cocinar, lo único que deseas es cruzarte con una vaca, matarla y comerla en el mismísimo instante, pero sin embargo abrís la heladera esperando encontrar cosas que jamáaaassss compras, y solo hay una manzana de mierda que te dice: "Ya era hora hijo de puta de que me comas!" y te lo dice con un tono de enojo, de indignación, y sabes que, tiene razón la loca!, guardaaaa, eso solo si tenes suerte, sino te encontras con una jarra de jugo Tang por la mitad del año 1982, de cuando "Jaime" aun estaba vivo..
La vida en un edificio no es fácil y mucho menos si habitan también en el suelo inferior estos seres que tanta controversia nos generan, que visten ropa de color "kaki" y les fascina derrochar agua con una manguera a las 6 de la mañana sea invierno o verano, haga un frió insoportable o un calor tremendo, nada los detiene.. son los mas odiados por todos los gremios y sindicatos del mundo de los trabajadores y también por los mismo inquilinos del lugar y vecinos de la periferia, ellos son los "Porteros". La realidad es que a esta gente no la quiere nadie, será que ganan un sueldo por hacer casi nada y encima viven de arriba..
y que se yo, todo en la vida no se puede vió!


Lo que mas lamento de todo esto es no tener de vecino al flaco que quiere "entretener" al gato tirandole con estas cosas.. ademas de la elección de departamento también se deberían poder elegir vecinos, yo lo elijo a éste, al borracho que no puede abrir la puerta y a los pibes de la play, ojooo eh, yo! 



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